Versión estenográfica del discurso del presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, Pablo Escudero Morales, durante la firma del contrato promesa de compraventa del Teatro de la República.
SENADOR PABLO ESCUDERO MORALES: Muy buenas tardes tengan todos ustedes.
Gracias por acompañarnos en este día tan importante para el Senado de la República, tan importante para todos nosotros.
Y agradezco que estén el día de hoy aquí con nosotros el ingeniero Jaime García Olivares, presidente del Patronato de la Fundación Josefa Vergara y Hernández.
También al señor gobernador Francisco Domínguez Servién, gobernador del estado de Querétaro, excompañero nuestro del Senado. Muchas gracias por estar aquí.
A nuestro amigo, al señor coordinador Emilio Gamboa Patrón. Señor coordinador, muchas gracias. Esto no sería posible sin usted, gracias por estar aquí con nosotros.
Al senador Enrique Burgos García, que no requiere de presentación aquí en Querétaro, y además presidente de Puntos Constitucionales. Señor senador, gracias por acompañarnos en esta ocasión tan especial.
Al senador Roberto Gil Zuarth, que ahora es justamente el presidente de la Comisión encargada de la reflexión de los trabajos que se harán respecto a la celebración de los cien años de la Constitución del 17. Nadie mejor que él para hacer estas reflexiones y acompañarnos en estos meses rumbo a este gran festejo. Gracias, senador.
Nos acompaña también el licenciado Roberto Figueroa Martínez, secretario general de Servicios Administrativos del Senado de la República, que también ha sido pieza clave para lograr esto. Gracias, secretario.
Nos acompaña también el doctor José Luis Alcocer, tesorero del Patronato de la Fundación Josefa Vergara y Hernández. Muchas gracias por estar aquí.
También el licenciado José de la Garza Pedraza, oficial mayor del gobierno del estado de Querétaro. Bienvenido.
Nuestra amiga, la doctora Patricia Galeana, directora del Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana. Doctora, y debo de decir, es la persona más emocionada que me he encontrado cuando supo esta noticia, me habló de manera inmediata para felicitarnos, para apoyarnos con gran emoción. Doctora, bienvenida, qué bueno que esté con nosotros, que ha hecho un esfuerzo para acompañarnos en este día.
Al licenciado Alfredo Botello Montes, secretario de Educación del estado de Querétaro, también bienvenido secretario. Por aquí anda con nosotros.
Y al maestro Juan Martín Granados Torres, secretario de gobierno del estado.
Y a la licenciada Paulina Aguado Romero, directora general del Instituto.
Muchas gracias a todos por estar aquí con nosotros.
Y déjenme comentarles un poquito, antes de darles algunas palabras que he preparado, cómo surgió esto.
Hace algunos meses, cuando tuve el gran privilegio de ser electo por el Senado de la República para presidirlo; una de las asignaturas que había que revisar de manera inmediata era cuál era el seguimiento al camino que se había desarrollado para llegar al festejo de los cien años justamente, de nuestra Constitución del 17.
Y en pláticas con mi amigo, el senador Burgos, platicábamos de ese gran evento, de esa sesión solemne, en donde yo le comentaba que era muy importante el evento que se iba a hacer, la solemnidad, los preparativos.
Y en algún momento le dije que qué bueno que el gobierno de Querétaro fuera el dueño de este inmueble; a lo que él me corrigió de manera rápida y me dijo que no, que no era ni del gobierno ni de la Federación ni del Estado Mexicano; que era de una Fundación, una Fundación noble, una buena Fundación que siempre busca objetivos para ayudar a la niñez y que estaba en manos de ellos.
Entonces ahí fue cuando decidimos, con la Mesa Directiva del Senado de la República, con mis compañeros vicepresidentes del PRI y del PAN, del PRD, de PT y del Verde; hacer un esfuerzo por contactar a la Fundación y por ver las posibilidades reales para poder adquirir justamente este bien inmueble que tiene tanta y tanta historia.
Y así fue como después de ello y con una autorización también del propio Senado de la República, estamos el día de hoy aquí justamente para hacer la firma de este contrato de promesa de compra-venta.
Y a nadie escapa que aquí justamente, donde estamos en este momento, fue el escenario de la promulgación de la Constitución Mexicana del 5 de febrero de 1917. Fue aquí también donde por primera ocasión, oficialmente estuvo en una también sesión, se tocó el Himno Nacional el 15 de septiembre de 1854.
En este Teatro también se reunió justamente el consejo de guerra que enjuició y condenó a Maximiliano de Habsburgo. Y curioso, para los que creen que hay coincidencias o para los que no, que justamente un día como hoy, hace cien años, el 30 de noviembre de 1916 se declaró instalado el Congreso Constituyente. Hace cien años, en este día.
Y no queda más que agradecer a mis compañeros, a los senadores, a ustedes que están aquí con nosotros, que hayan podido nuestros amigos de los medios de comunicación acompañarnos. Para los que no habíamos tenido el privilegio de estar aquí, de sentir este Teatro de Iturbide, este Teatro de la Ciudad.
No es lo mismo estar lejano, allá en la Ciudad de México pensando o teniendo alguna buena idea; a llegar, estar aquí y sentirlo. Lo que transmite, lo que representa para esta nación no tiene precio. No tiene precio, es invaluable.
Alguien me decía: si como estaban las cosas, los temas presupuestales, si no era un gasto muy importante los 100 millones de pesos; pero yo les decía que sin duda este país, país lleno de grandes mexicanos, de mexicanos comprometidos por el día a día, sacar adelante juntos un esfuerzo de unidad para poder progresar, para hacer que todos vivamos mejor; sin duda, para poder tener un gran futuro es necesario recordar el pasado.
Y esto es parte del pasado, es parte de nuestras raíces, es parte de nuestra historia y no estábamos dispuestos, aunque estuviera en buenas manos, a que pudiera por alguna posibilidad, pasar a otras manos. Es por eso esta decisión.
Les agradezco estar aquí con nosotros y vamos a darle el uso de la palabra a alguien más.
Muchas gracias.
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